Chicanos japoneses

El movimiento chicano surgió en los años 60s en reclamo de derechos civiles de la población estadounidense de ascendencia mexicana. Estigmatizados como miembros de bandas de narcos o estafadores, estos latinos y también afroamericanos son hoy parte del imaginario popular yankee, ya como enemigos o como víctimas. Ahora bien, del otro lado del Pacífico, el movimiento チカーノ (chikāno) es otro que surgió en Japón durante los 90s, cuando el país recibió un influyo de inmigrantes latinoamericanos. Se trata de una subcultura que se viste, escucha música y actúa como los miembros del primer movimiento, con tatuajes, spanglish y hip-hop de fondo. Son personas que reivindican la cultura lowrider y que aseguran criticar el estigma anti-extranjero que existe en Estados Unidos. Algo del mundo de la violencia, de la marginación y del estar fuera-de-la-ley, pero también algo de serlo en las periferias de la sociedad que los llevó a la derrota en la Segunda Guerra Mundial, a la vez que impugnan a esta última y a su orden mundial, algo de todo eso convoca a los japoneses. También el «negro» fue una figura apropiada y usada por la literatura japonesa (desde Ōe Kenzaburō hasta Amy Yamada) para hacer una crítica al contexto local y global. Quizás hoy ese símbolo sean los latinos; quizás pronto sean los árabes o los indios, comunidades que crecieron exponencialmente en Japón.

Sin dudas hay en este proceso algo de identificación y de representación, de usar al Otro-exótico para poner de manifiesto la marginación en la sociedad propia. Pero también es cierto que hay algo de fetiche, de consumismo y de mercantilización de las culturas. La pregunta es, entonces: ¿cuáles son los límites aceptables de la apropiación cultural? En un país como Japón, donde casi todo es una versión y re-versión de formas extranjeras previas, esta pregunta resuena como una moneda cayendo a un pozo sin fondo.

 

Bonus track: les dejo también el link al sitio oficial y el trailer de este otro documental (que todavía no vi) sobre un ex-yakuza tokiense que viajó a California y se ‘convirtió’ en chicano, sólo para terminar preso y ser hoy conocido como «el japonés que sobrevivió a una cárcel de alta seguridad en Estados Unidos». Lo miro y les cuento más detalles.

https://homie-kei.com/

 

 

 

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