Como parte de mi trabajo como guía turístico (estoy incursionando en nuevos rubros tras el mundo nocturno y el de la traducción; a veces, los tres se conectan) tuve que buscar un museo de arte contemporáneo en Kioto al cual llevar a una pareja durante una mañana de lluvia. Entre el templo Ryōanji y el famosísimo Pabellón Dorado encontré uno: el Museo de Bellas Artes Inshō Dōmoto. Diseñado por el artista que le da nombre en un intento por preservar sus obras, fue construido en 1966 y quedó en manos del gobierno tras su muerte en 1975. Las obras que alberga, que varían de lo impresionista a lo abstracto, pasando por la acuarela tradicional japonesa, quedan por momentos relegadas a un segundo plano ante el impacto que genera la construcción; cada silla, cada picaporte, cada escalón están perfectamente planeados por Dōmoto para maximizar la experiencia visual. También hay un jardín con esculturas de aquellos que siguieron sus pasos.
El artista en cuestión nació en 1891 en Kioto bajo el nombre de Sannosuke Dōmoto. Tras estudiar en la Escuela Municipal de Artes de Kioto, se dedicó de lleno al nihonga, término que suele comprehender a un tipo de arte de principios de siglo XX que respetaba las convenciones y modelos tradicionales de Japón. Años después, Dōmoto elegió el nombre de Inshō, que en japonés significa «impresión» (印象). A los 28 años presentó sus obras por primera vez en una exhibición titulada «Paisaje de Fukakusa», un distrito al sur de Kioto. Estas obras muestran un paisaje espectral, brumoso, con una paleta de ocres que nos lleva de inmediato a siglos anteriores (pueden ver algunas de las obras aquí). En 1961 presentó su obra «Sinfonía», que marca su pasaje al mundo del arte abstracto, pero sin descuidar en ningún momento los amarillos y marrones que caracterizaban su obra anterior. A lo largo de su carrera, Dōmoto pintó también unos 600 techos y biombos de templos budistas, además de diseñar una infinidad de pañuelos para la práctica tradicional japonesa llamada furoshiki, mediante la cual se envuelven regalos de alto valor. Fue condecorado por diversas instituciones tanto locales como internacionales.
Sinfonía (1961)
Dato de color: yo no habría dado con este museo si la pareja a la cual estaba guiando en mi tour no me habría solicitado que buscara para ellos un museo de arte contemporáneo o abstracto. Debo su ulterior encuentro a Manuel Cisneros, amigo, colega y senpai, quien me sugirió algunas opciones en aquella búsqueda. Fue un descubrimiento impresionante, ya por su contenido, como por el azar que me llevó hasta él. No dudo que de ahora en más Inshō Dōmoto va a convertirse en uno de mis artistas predilectos del arte japonés del último siglo.
La dirección del museo:
26-3 Kamiyanagi-cho, Hirano Kita-ku, Kioto, Japón 603-8355
TEL 075 463 0007
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